175 años de Tendencias partidarias y lucha de poder.

Por Luis Soriano
un paseo exhaustivo de
la historia dominicana, devela una estela de acontecimientos políticos y
sociales caracterizados por conflictos de intereses, que desembocan en
tendencias partidarias y lucha de poder.
Desde el momento mismo de la fundación del estado-nación al
que llamamos hoy República Dominica, la rivalidad, política y/o social, desarrollada
a consecuencia de las tendencias partidarias o partidistas o conflicto de intereses,
ha sido el meollo en torno al cual ha ido orbitando el accionar político dominicano
en sus 175 años de vida republicana.
Durante el periodo denominando primera república el escenario
político estuvo dominado por Pedro Santana y Buenaventura Báez, quienes
mantuvieron su protagonismo en el escenario durante los 17 años que abarco este
periodo histórico, con escasas excepciones de episodios efímeros de gobierno
por parte de otras figuras política del momento.
Durante el periodo de la segunda república se destaca el protagonismo de buenaventura Báez
y el general Gregorio Luperón y la estela de sucesiones gubernamentales entre
rojos o Baecistas y los simpatizantes de Gregorio Luperón fundador del partido
Azul. Figuras como Horacio Vásquez,
Ulises Hereaux, Juan Isidro Jiménez entre otros ocupan el quehacer político, sucediendo
o reemplazando en la palestra pública la imagen de Báez y Luperón, este último
ocupando el gobierno de la nación en el periodo 1879-1880.
El protagonismo político, a partir de la penúltima década del
siglo XIX, sin lugar a dudas, recae sobre la figura Ulises Hereaux quien ocupa
la presidencia de la república en tres ocasiones durante 15 años dejando en el
ostracismo los demás actores del escenario político. su ajusticiamiento el 26
de julio del 1899, da inicio a una nueva oleada de incertidumbre social y política
protagonizada por el caudillismo y el caciquismo regional.
Una de las ramificaciones de ese caudillismo se manifiesta
con la mitosis de los azules: Juan Isidro Jimenes, el más rico plantador de
tabaco del país, y el general Horacio Vásquez, luego de haber sido nombrados
presidente y vice-presidente, desarrollan una pugna interna por la división del
botín entre sus partidarios separándose en
jimenistas y Horacistas
Las tropas leales a Vásquez derrocaron a Jimenes en 1903;
Vásquez fue depuesto por el general jimenista Alejandro Woss y Gil, quien tomó por
sí mismo el poder, negándose a retornárselo a Juan Isidro Jiménez. bajo la dirección
de Carlos Morales Languasco, los jimenistas derrocan el gobierno de Woss y Gill,
pero este, en lugar de retornar el poder a Jimenes, se une con los Horacistas,
lo que conllevó a una nueva revuelta por sus aliados jimenistas que se sintieron
traicionados.
Los partidarios de Vásquez
bajo la figura del connotado militar Ramón Cáceres pudieron permanecer en el
poder hasta finales de 1911 fecha en la cual fue asesinado asesinato del cual
fueron indirectamente responsabilizados el general Desiderio Arias y su
antecesor Carlos morales Languasco.
Las pugnas y las
rivalidades políticas y las convulsiones sociales en la que quedo inmersa la nación
produjo cinco jefes de estado desde el 19 de noviembre del 1911 hasta el 16 de
abril de1916, fecha en la cual el general Desiderio Arias organizaba un complot
para destituir al entonces presidente Juan Isidro Jiménez, propiciando el
pretexto esperado por los estados unidos para su intervención militar, con lo
que se pone fin al periodo de la historia dominicana conocido como la segunda república. la intervención militar de los estados unidos
en el país se prolonga durante de 8 años.
Tras el agotamiento de la intervención norteamericana en el país,
Horacio Vásquez surge como presidente
electo democráticamente para un periodo de 4 años pero su ambición por el poder
lo conllevaron a una modificación de la constitución que extendía su ejercicio
presidencial. Este no pudo llevar a feliz término este nuevo periodo pues fue víctima
de un golpe de estado dirigido por el abogado santiagués Rafael Estrella Ureña
todo esto bajo la inerte actuación del ejército nacional que para la época estaba
comandado por el general Rafael Leónidas Trujillo Molina quien posteriormente
forzara a Estrella Ureña a entregar el poder dando inicio a la denominada era
de Trujillo cuya duración abarca tres décadas.
A partir del 30 de mayo del 1961, fecha del ajusticiamiento
de Trujillo, se inicia una nueva oleada de conflictos y convulsiones políticas
y sociales: efímeramente el poder fue retenido por la familia de Trujillo y uno
de sus más destacados adeptos; el doctor Joaquín Balaguer quien renuncia del
gobierno tras un intento de golpe de estado en su contra protagonizado por los
aliados de su gobierno que habían sido impuesto por los Estados Unidos a
principio del año 1962. Para finales de
ese mismo año se organizan nuevas elecciones presidenciales de las que resultó
electo el connotado escritor, cuentista y político Juan Emilio Bosch y Gaviño
quien fue depuesto siete meses después el 25 de septiembre del 1963
Con el derrocamiento
del presidente Bosch se inicia una nueva oleada de convulsiones sociales: grupos
militares y para militares unos a favor de la constitucionalidad que, de
acuerdo a sus ideales, estaban representadas por la figura del profesor juan
Bosch, y otros en contra de su regreso, escenificaron una serie de enfrentamientos a tal magnitud
que se produce una segunda intervención del gobierno de los estados unidos en
el país hacia el año 1965 tras las revueltas del 24 de abril de ese mismo año, protagonizada por Francisco Caamaño y líderes
del movimiento clandestino 14 de junio. Esta intervención, que duro
aproximadamente un año, produjo la organización de nuevas elecciones en junio
del 1966, tras la que resulta electo el Dr. Joaquín Balaguer Ricardo dando
inicios al periodo denominado la cuarta república que abarca desde mediados del
año 1966 hasta la fecha.
La historia contemporánea devela que la situación política de
la nación ha permanecido inerte repitiendo una y otra vez los mismos episodios del
pasado: dictaduras, democracias secuestradas y caudillismo político. ahora, se suma
el agravante de que se han sofisticado los medios de permanencia en el
poder: ya la extorción, el chantaje y la
amenaza no constituyen el principal
arsenal con la cual se va a neutralizar al oponente.
La historia contemporánea sigue develando conflictos
partidarios en aras de alcanzar el poder originando tendencias dentro de la
propia institución política sin importar que se ponga en juego el roll de los
partidos políticos en un cuestionado sistema democrático.
A partir del 1978, cuando toma el poder el extinto presidente
Antonio Guzmán, las tendencias intra partido comienzan a dar manifestaciones de
lucha por el poder y de sectarismo políticos. estas fueron protagonizadas cuatro
años más tarde cuando en 1982 se producen las tendencias de Salvador Jorge
Blanco quien respaldaba a Peña Gómez y el ex presidente de la república y
presidente del senado de ese entonces el Licenciado Jacabo Majluta
(peñagomistas y Jacobianos). La rivalidad interna entre estos dirigentes facilito
el ascenso nuevamente al poder del Dr. Balaguer en 1986 quien se mantuvo en el mismo por un lapso de diez
años.
En 1996, bajo el amparo de los dos principales líderes políticos
del momento, asciende al poder el partido de la Liberación Dominicana con la
investidura del Dr. Leonel Fernández Reyna como presidente constitucional de la
república. Una aparente cohesión partidaria y de fuerzas aliadas, exhibían un ímpetu
de homogeneidad política y social en aras de impedir el ascenso del principal
partido de oposición y de su líder el Dr. José Francisco Peña Gómez.
El gobierno del PLD fue reemplazado en el 2000 por el
candidato presidencial del partido Revolucionario Dominicana el carismático líder
opositor Hipólito Mejía Domínguez quien fue sustituido nuevamente por Leonel Fernández
y el PLD.
El partido de la Liberación Dominicana desde entonces se ha
mantenido en el poder durante el periodo comprendido entre el 2004 hasta la
fecha.
Como se puede apreciar, en todo el proceso dialectico del
sistema de partidos políticos en república dominicana desde el momento mismo de
su fundación como estado nación, se registran eventos de rivalidades
partidarias, lucha de poder, transfuguismo político, caudillismo y tendencias
intrapartidarias: santanistas y Baecistas, ,Horacistas y Jimenistas –estos últimos
miembros del partido Azul creados por Gregorio Luperón de los cuales sus rivalidades internas lo conllevaron a dividirse
en dos bandos-
La historia reciente señala innumerables casos de tendencias
partidarias enconadas en la lucha de poder y el control de facciones dentro de
los distintos partidos políticos del sistema en las que Reformistas, perredistas, y actualmente
peledeistas han escenificado escandalosos episodios de enfrentamientos
internos, obviando las enseñanzas históricas del pasado y las nefastas
consecuencias que derivan de esas rivalidades para el sistema de partidos políticos
y para la propia democracia.
Decena de organizaciones y movimientos políticos han surgido
fruto de las rivalidades interna de los partidos políticos desde la caída de Trujillo
en 1961 a la fecha, de las cuales solo
del partido Revolucionario Dominicano se han generado la formación de siete partidos
políticos entre estos: Partido Revolucionario Dominicano Auténtico (PRDA), el
Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el Bloque Institucional Social
Demócrata (BIS), La Estructura, el Partido Revolucionario Independiente (PRI), el
Partido Revolucionario Socialdemócrata (PRSD), y el actual Partido Revolucionario Moderno (PRM) y dos
organizaciones que se iniciaron como movimientos de apoyo al PRD; que son el
Movimiento Democrático Alternativo (MODA) y el Partido Cívico Renovador (PCR).
De igual manera, como resultado de las rivalidades, dentro
del seno del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) surgieron tres
organizaciones políticas: (MIDA) el Movimiento de Integración Democrática Anti reeleccionista,
Partido Dominicanos por el Cambio (DxC) y el Partido Popular Reformista (PPR), el
Partido Popular Cristiano (PPC) y la Unión Demócrata Cristiana (UDC). Esto sin
contar que el propio fundador y líder del PRSC, Joaquín Balaguer indujo la
creación del Partido Nacional de Veteranos y Civiles (PNVC) y el Movimiento
Nacional de la Juventud (MNJ).
El partido de gobierno, partido de la Liberación Dominicana (PLD),
no ha salido ileso de las rivalidades internas, producto de las cuales nace el
Partido del Pueblo Dominicano (PPD), la Alianza Por la Democracia (APD) y la
Unidad Democrática (UD), aunque, por el momento esas disgregaciones no han
tenido el alcance y consecuencia que ha tenido en sus homólogos PRD y PRSC.
Por lo que se puede
apreciar, los dirigentes actuales del PLD, no están satisfechos con los resultados
exhibido de sus rivalidades internas: hoy por hoy están enmarcado en una lucha titánica
por el poder que amenaza la cohesión de esa organización política. Danislistas
y leonelistas dan la impresión de ser más rivales de oposición y gobierno que
compañeros de una misma institución política que, dicho sea de paso, ostenta la
dirección del país.
Las actuales circunstancias y coyuntura política a lo interno
de esa organización hablan por sí sola: el sector Danilista representado por el
empresario y , ex secretario de obras públicas Gonzalo Castillo Peña, invierte
una astronómica suma de dinero en campaña publicitaria que, de acuerdo a
declaraciones de la junta central electoral, ronda los 300 millones de pesos en
aras de imponer un candidato que hasta
hace poco rayaba en el anonimato. Todo esto con el agravante o la ventaja de
tener los recursos y facilidades propios de ser el candidato del gobierno, y
las externalidades que esto conlleva.
Por otra parte, el
sector Leonelistas, busca una nueva nominación presidencial del actual
presidente de esa organización política el Dr. Leonel Fernández Reyna para los
comicios del venidero año 2020, este parece ser el favorito para ganar las
primarias internas de esa organización. Este advierte al gobierno y sus
oponentes políticos internos, que vencerá, junto a la fuerza del pueblo, la
arrogancia, el abuso, la petulancia y la soberbia.
Sin lugar a dudas, ambos dirigentes y líderes político, dejan
de lado sus respectivos roles de jefe de estado y presidente del partido, olvidado
que son miembros de la misma organización política, que son discípulos del
mismo maestro y, lo que es peor aún, ambos líderes han puesto a un lado el
devenir histórico de los 175 años de vida republicana y las convulsiones sociales
del sectarismo político a todo lo largo y ancho de la historia de la cuales ya son
parte.
Se precisa recordar en estos momentos de convulsión política e
incertidumbre social, la afamada frase del filoso griego Marco Tulio Cicerón:
“Pueblo que olvida su historia está condenada
a repetirla”
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